25 de marzo de 2009

Suma y sigue...


Es lo que pasa cuando te topas con alguien cobarde, neblinoso, inseguro, un cabrón que en el fondo es buena persona o una buena persona que en el fondo es un cabrón, un "arenas movedizas", un inestable..., que, finalmente, se pone a jugar con tus sentimientos como un niño con su regalo de Reyes y, a las primeras de cambio, se termina cansando y te deja tirado en el suelo con la simple compañía de un papel de regalo arrugado a juego con tu corazón.

Quisiera tener una papelera de reciclaje en mi cabeza para poder destruir a personas indeseables en cuestión de segundos. Quisiera tener una trituradora de recuerdos para hacerlos trizas y que no se me claven en el estómago de la manera que lo están haciendo ahora mismo.

16 de marzo de 2009

A bordo.


Ultimamente parece que me haya maquillado la ilusión en la cara porque no paro de sonreír. Y es que ya lo decía uno de mis libros favoritos que leía de pequeño "¡Cuando menos se piensa sucede lo inesperado!"..., la tía Mila siempre tuvo razón.

Uno a veces rescata sensaciones olvidadas echando la red de lo que en un momento fue y dejó de ser. Pues sí, la verdad, hacía bastante que no sentía ese "echar de menos", pero no de manera dolorosa y espinosa, sino sosegadamente, incluso con tintes ñoños. Hacía mucho que no se apoderaba de mí el desear a alguien con tanta fuerza que sintiera ganas de carbonizarle los huesos a base de abrazos y de inundarle de saliva el surco de la columna vertebral hasta crear canales subterráneos para poder nadar juntos por ahí.

Ahora mismo no sé si soy una persona racional o visceral, porque navego por el medio, porque me encanta dejarme llevar en este bote que serpentea por mi estómago cada vez que lo veo, aunque siempre siendo consciente de las cosas, como echando el ancla para no marearme demasiado. Sin embargo, levo el ancla con facilidad porque quiero seguir hacia adelante, a ver qué me depara este viaje..., este sorpresivo viaje.


3 de marzo de 2009

Cutresex.


El mes que acaba de terminar fue el elegido por el péndulo de mi amiga para comunicarme que iba a remontar... Pues hombre, remontar no he remontado, pero he conseguido un viejo curro que no me motiva una mierda pero que, al menos, hace que no me sienta un escupitajo en medio de una alcantarilla y que, espero, dure poco porque eso significará que he encontrado otro a la altura de mis expectativas y capacidades.

Por otra parte, sigo comprobando que los tíos me decepcionan. El viernes pasado, por ejemplo, quedé con un chico que, a priori, me caía bastante bien. Irónico, extrovertido, chispeante, risueño, con conversación, estudiante de bellas artes, demasiado jovencito para mí y, para qué mentir, con poco atractivo físico. Estuvimos hablando entre cerveza y cerveza durante casi cuatro horas y sus anécdotas me parecieron tan surrealistas que aunque no lo tenía previsto acabé en su casa jugando con su gata y, poco después, con lo que él tenía entre las piernas.

Sin dar detalles diré que mejor me hubiera quedado en casa porque fue el polvo más cutre que he echado en toda mi vida. A la mañana siguiente me desperté a eso de las 11.30 y empecé con las caricias, los mimos y buscando una "siguiente ronda" para ver si la cosa mejoraba. Sin embargo, el otro púgil estaba totalmente K.O., roncando y en el séptimo cielo.

Las horas fueron pasando, y yo veía como mis caricias, mis besos y mi cebolleta arrimada no servían de nada porque él estaba descaradamente poniéndome los cuernos con Morfeo. Hubo un momento que escuché una ambulancia que pasaba por la calle y pensé que venían a por mí porque, ¡Dios!, me estaba muriendo de aburrimiento. De verdad que no podía creer lo que estaba sucediendo, prefirió dormir a corresponder a mis mimos y mis insinuaciones sutiles.

A eso de las 14.00 (y despues de dormir 10 horas) se despertó y le pregunté por el metro más cercano (no me fuí antes por educación), se quiso despedir con un pico pero, obviamente, yo le di dos besos. En la calle llovía a cántaros y me mojé vivo... Tiene cojones que me mojara en la calle y no en su cama.

¡Next!