19 de julio de 2011

Nicotina en el corazón.


No me gusta vivir solo, igual que tampoco me gusta haberme enganchado a fumar a estas alturas de la película. Menos aún me gustan los dibujitos que ponen en las cajetillas de cigarrillos. Hoy miraba uno y pensaba que fumar es perjudicial para la salud, de acuerdo, pero las relaciones interpersonales lo son aún más. A ver por qué coño no ponen fotos de gente llorando en la cama, deprimidas en los sofás, mandando mensajes que no deberían o hurgando en facebook ajenos y, a la misma vez, en sus heridas.

¡El fumar no mata!, lo que mata es la soledad, la dependencia, la levedad, las bajas autoestimas, el miedo, la cobardía, la añoranza de lo no vivido y lo vivido. Eso sí que mata lentamente. Quizá no te deja la boca echa una mierda, pero te va destrozando por dentro.

Y sí, ya sé a qué huelo..., se lo pregunté el otro día y me dijo que tenía un olor cálido y protector. Curioso, ¿verdad? Que me lo tenga que decir él, que no tiene ni edad de sacarse el carnet de conducir y que me deje sorprendido por la respuesta tiene cojones.