24 de julio de 2012

Canícula canibal.



Me hace gracia cuando veo a la gente conjuntada por la calle, intentando no desentonar en estilo y colores. Sin embargo, ¿por qué no conjuntan lo que piensan con lo que hacen?, ¿lo que hacen con lo que dicen?, ¿lo que dicen con lo que piensan? Escuelas de estilismo..., no gracias, escuelas de coherencia con uno mismo es lo que debería de existir.

Y mientras tanto sigo sin estar invitado a la fiesta de la felicidad. Sí, esa donde pasan con momentos en una bandeja y tú los vas cogiendo como puedes, te los metes a la boca y los masticas hasta que desaparecen. Ahí sólo entra gente VIP, o gente con suerte, o gente muy tonta, o gente muy lista.

Caigo en la cuenta de que por más que caces hormigas, siempre siguen saliendo... Y que por más que intentes atrapar sueños, siempre siguen escabulléndose.