27 de octubre de 2009

Frenadolizándome.


Me duele la cabeza desde el sábado por la noche, me invade la sensación de estar pero, a la vez, de no estar. Me tomé un Frenadol y descubrí la droga más dura habida y por haber. Totalmente zombie. Totalmente K.O. Y aún me dura.

Este mes parece ser el mes de los "ex" en los grandes almacenes de mi vida,. Hoy han hecho acto de presencia dos de ellos (tampoco tengo tantos, eh). Uno indirectamente, a través de una lista de clientes de una empresa a los que hemos tenido que llamar para hacerles una encuestas de satisfacción. Pues allí estaba su nombre y el azar, mirándome a los ojos, los cabrones. Inmediatamente he pasado al siguiente de la lista. Y el otro, pues me ha mandado un sms para decirme que hoy hacía 8 años que me conoció..., me he quedado flipadérrimo porque yo no llevaba la cuenta, claro. Es un encanto (este sí) y me ha parecido todo un detalle que se haya acordado. Pero aún así me pregunto qué coño tiene este mes, que debería de llamarse EXtubre o algo así... Y el filo de la X, quieras o no, araña.

Para colmo estoy tan imbécil (o blandito) que he visto este vídeo de boda y me he puesto a reir y luego a llorar... Puto Frenadol (por echarle la culpa a algo):



22 de octubre de 2009

El soplo de la vida.


El soplo de la vida nos recorre el cuerpo con más o menos acierto...

A algunos ese soplo les hiela, les pone los pelos de punta y tienen que encontrar urgentemente alguien que les haga de abrigo. Siempre en la eterna búsqueda del refugio ajeno y sin darse cuenta que somos nosotros mismos nuestra mejor cabaña para descansar al calor del fuego de nuestra propia independencia.

A otros, sin embargo, ese soplo les da calor y todo les pesa, les agobia, les quema..., son pura levedad, no quiere ser más que eso. Desean vagar por el cielo sin ataduras, luchando por dejar de ser un globo con cordón atado a alguna mano. Ser únicamente humo aspirado para luego ser devuelto al aire tal y como estaba, intacto, tal y dónde estaba. Allí, en medio de la cuarta estrella. Cuanto más lejos mejor.

En fin, al menos abramos la ventana, a ver por dónde coño sopla la vida, ¿no?


19 de octubre de 2009

Diluvio en mi cabeza.


Es curioso bajar una montaña mientras una tromba de agua cae encima de ti calándote hasta el tuétano... Lo pasas mal porque las piedras resbalan, porque tienes que mantener el equilibrio, porque la ropa pesa tanto o más que sentirte como un hormiga entre la inmensidad de la naturaleza que te rodea.

Y notas como dentro de los zapatos tienes dos mini piscinas por las que vas pisando como si llevaras flotadores en los pies. Y a la misma vez dejas que todas las gotas que se escurren por tu cara se lleven los malos pensamientos, las frustaciones, las desilusiones, la fealdad de la vida y las personas, y, poco a poco, te dejas inundar... Te dejas inundar por la amistad personificada en dos personas a las que quieres, por la sensación de libertad que te produce mirar al cielo y abrir la boca, por la certeza de que, aunque nos empeñemos, las cosas son más fáciles de lo que pensamos y por el simple hecho de que vivir momentos así es lo que veraderamente merece la pena.

Me dejo inundar por todo eso y de repente pienso que no me importaría ahogarme.


14 de octubre de 2009

Viaje ultrasónico.


El otro día hablaba con mi amigo E. (al que yo lo llamo "mi gurú") sobre esas relaciones sentimentales que son muy intensas desde el principio, que enseguida suben, que son volcánicas, que son como una montaña rusa que te pones a 100 km/h en dos segundos, que sientes vértigo desde el primer momento y que se te pegan a la boca del estómago y a los cartílagos del corazón.

Hablamos de ese tema por que a él no le sucede tal cosa en la relación que está manteniendo actualmente. Lo suyo es más sosegado, va muy lento, poco a poco, con inseguridades, con dudas, piano, piano... Hablamos porque él es de la opinión que las relaciones así es más probable que salgan mejor que de la otra manera. Y me hace pensar..., me hace pensar porque mis dos últimas relaciones han sido con la cuarta puesta, muy de "dejarse llevar" por la velocidad de la pasión, los sentimientos, los "echo de menos", los planes futuros, el echar gasolina super, el ponerse el casco y sentir que la novedad se te agarra por el estómago y, finalmente, te entra por el ventrículo izquierdo a la velocidad de la luz haciéndote sentir vivo y de puta madre.

Y me planteo seriamente si la próxima vez no debería sacar un billete para los caballitos pony en vez de para la montaña rusa. Es algo en lo que no puedo dejar de pensar. Pero no sería para trotar, sino para dar un paseo ralo, liviano y cuando haya que cabalgar más rápido, pues se cabalga..., pero siempre con las riendas en la mano, consciente de que un caballo no es una montaña rusa. Siendo muy, muy consciente... ¿Pero me pregunto hasta qué punto ésto puede matar la espontaneidad y fumigar las mariposas del estómago? No tengo ni idea, de verdad que no... Así que, como diría mi llavero, me clavo un clavo.

Y me doy cuenta que, al final, para lo único que saco billete es para los coches de choque porque siempre acabo estrellado... Sí, ese que está parado en medio de la calle en un coche de choque mientras se mira los pies soy yo. Lo digo por si me véis algún día.


12 de octubre de 2009

Es-clavo.


Este es "Es-clavo". Me lo regaló uno de mis mejores amigos hace poco. Llegamos a la conclusión de que tiene la cabeza llena de clavos porque cada vez que le viene un pensamiento irracional, negativo, estúpido, bajonero o recurrente, se clava un clavo y el pensamiento para, se detiene, desparece... Por eso sonríe y es feliz. Por eso más de uno deberíamos llevar la cabeza como él; repleta de clavos, cual Hellraisers de la vida.


11 de octubre de 2009

Bronceando pensamientos.



Me gusta que el sol se corra en mi cara. Que sus rayos se deslicen por mi boca, que poco a poco se introduzcan dentro de mí y acaben follando salvajemente con mis pensamientos.

Me gusta ver la gente correr, ver como ocupan su tiempo para no pensar en otras cosas, algo así como hacer de sus recuerdos la tierra que pisan.

Me gusta sentirme parte de algo que no sé muy bien qué es, que no entiendo cómo funciona pero que noto que está ahí, fluyendo a mi alrededor. Ser un peón pero sin saber muy bien qué casilla pisar. Jaque mate a la ilusion, es lo único que sé.

Me gusta ver como se cruzan dos tranvías al mismo tiempo y observar como cada uno sigue su camino. Me gusta pensar que es lo mismo que me pasa a mí con todas las relaciones sentimentales que he tenido. Direcciones opuestas, destinos diferentes... Ya casi no me queda gasolina.

Hoy me gusta todo, absolutamente todo, menos mi vida.


8 de octubre de 2009

Té, porro y donut.



Bebo té, fumo porro y como un donut, aunque no expresamente en ese orden. Lo hago como un ritual, como quien dice un "te quiero" cual autómata, sin ni siquiera pensar en el significado de tales palabras... Palabras que, al final, se tornan amarillentas y roídas de tanto darles vueltas en la lavadora de tu boca y de tanto tenderlas en el tendedero de tus pestañas al árido sol de tu mirada.

Fumo donut, bebo un porro y como té. Y toso, y me ahogo, y me dan ganas de vomitar cuando miro a mí alrededor y sólo siento la vanidad de la gente que se venden por un "qué guapo eres", y creen que te vas a vender por un "ojos bonitos tienes" y no, no es así..., al menos en mi caso. Que se den por enterados. Que se vayan a la mierda.

Como porro, bebo un donut y fumo el té. Y noto que hay días que me siento débil, que creo que lo que me rodea, y su continua partida de tetris, no encaja ni encajará de ninguna manera con las piezas que coloco cuidadosamente en el panel de este videojuego llamado vida.

Y miro el donut, veo el te y observo el porro. Todo detenidamente, como cuando te miras al espejo y te atraviesas el alma, casi sin parpadear, casi sin respirar, como quien espera la revelación del por qué de todo y lo único que obtiene es el murmullo de la soledad que se columpia burlonamente en la cadena del w.c. mientras espera el momento de saltar a tu cuello y apretar un poco más...


6 de octubre de 2009

ReflEXiones.


¿Quién dijo eso de que el pasado siempre vuelve? Seguro que algún hijodeputa sin futuro, vamos.

Cuándo aún estoy exortizándome del último mamarracho que ha pasado por mi vida, el ex de los ex (el de los 7 años) ha hecho aparición cibernéticamente hablando a través de una invitación de amistad por el facebook... Guay, ¿no?

El caso es que no ha tenido ningún efecto emocional en mí, cosa que considero buena, simplemente me planteo el hecho de si quiero que sepa mi día a día, que cotillee en mi pasado cercano, que indague, lea, mire y observe todo desde el otro lado de su pantalla, porque otra cosa no, pero el facebook es un puto patio de porteras. Y luego, por otra parte, tampoco quiero que piense que no me apetece saber nada de él, porque, si soy sincero, no lo considero un mamarracho y últimemente he pensado en llamarle para ver qué tal le iba..., sin ningún interés ni ninguna intención. Lo juro por Arturo.

Por otra parte no paro de encontrarme gente con sus ex en la cabeza, con historias no resueltas, con páginas no pasadas, con dependencias no cortadas, con ilusiones en la recámara, totalmente aferrados a cimientos derruídos de lo que, en su día, fue algo pero que ahora son sólo ruinas. No sé, no entiendo nada.

Y no llego a ninguna conclusión, sólo que la vida es muy perra y yo me siento ese gato que corre delante de ella a ver si encuentra un árbol dónde subirse.


5 de octubre de 2009

Sitges.



Este finde he estado en Sitges en el festival de Cine Fantástico y de Terror y, la verdad, me han dado más miedo los especímenes que he visto paseando por las calles que las propias películas... He llegado a la conclusión de que los gays en Sitges son como las cucarachas, salen casi todos de noche. Con nocturnidad y alevosía.

Ha estado bastante bien porque me he reído, he comido, he paseado, he creado nuevos y buenos recuerdos y, en definitiva, me he sentido cómplice con todo lo que me ha rodeado. Dígamos que los momentos más incómodos han sido cuando dos de mis amigos no han parado de hacerse arrumacos y cariños durante las 24 horas del día, cosa bastante normal en una pareja reciente, pero no pude evitar sentirme "mal" ante tal visión de empalagamiento y azúcar.

¿Envidia?, puede ser, no lo niego. Aún estoy algo escaldado y me escuece todo lo relacionado con el tema... Prueba de ello lo tiene la canción que ha hecho de BSO de mis días en Sitges, "Muera el amor". No puedo estar más de acuerdo..., aunque sólo sea una pose. Aunque sólo quiera autoconvercerme de ello. A mí, por el momento, me sirve.

Ahora, en Valencia, me siento más relajado, sin sensaciones recientes que latan en mis sienes y me pinchen, porque ya nadie a mí alrededor se babosea constantemente, porque nadie dice "Qué guapo eres", "Nó, tú mucho más", porque nadie se hace masajes en los pies públicamente y porque nadie trastoca el endeble muro de papel de fumar que rodea la colilla de mi corazón.