25 de octubre de 2011

Cartografía sentimental.

Andar por el mundo, nadar por tu mundo, unir puntos entre tu archipiélago y el mío, coger el ala delta y sobrevolar tu océano haciendo una carrera de sueños... Sería bonito crear nuestro propio mapa-mundi, ¿verdad?

23 de octubre de 2011

¿Ducha o baño?


Resulta que los dos tendemos a la melancolía... Yo, concretamente, a esa melancolía etérea que te roza la piel y te la pone de gallina, pero que se va como viene, algo así como una especie de soplido en medio de una noche de verano.

Es parecida a una ducha de gotas finas que dejas correr por tu cuerpo y que, finalmente, se acaban secando por si solas, algo momentáneo, que incluso disfrutas y que luego se va por el sumidero de la ducha. Sin embargo me da la sensación de que él tiende a los baños melancólicos, a sumergirse un poquito más, durante un rato largo, y a hacer malabares para que no le sobrepase el cuello y, así, ahogarse. Es más peligroso, pero también es verdad que es una suposición mía.

¿Y qué pasa cuando saliese del baño melancólico?... ¿Me dejaría secarle con la toalla de las certezas?, ¿podría arroparle para que nunca tuviera miedo de lo que le susurra la melancolía?, ¿estaría dispuesto a acercarse a mí y dejarse secar por mis manos ávidas de darle todo lo que tengo para que nunca más tenga que aferrarse a sus recuerdos?

Tengo miedo.

Tengo miedo de ahogarme, pero no en la melancolía, sino en el fracaso... De nuevo.

17 de octubre de 2011

Nadando en tu luz.


Recuerdo que empecé a besar párpados cuando leí aquella frase en aquel libro que me marcó tanto; "Quién hubiera dicho que al besar los ojos de un hombre se pudiera ver tan lejos".

No sé si ellos se preguntan por qué me suelo acercar a sus ojos y poso mis labios ahí, suavemente. Quizá piensen que estoy loco, que tengo un fetiche ocular o algo así, pero simplemente lo hago para saber cuán lejos pueden llegar a ver.

Hay ojos que tienen tanta luz que me abrasan los labios, ojos que no ven más alla de sus propias narices, ojos que suelen mirar hacia Cuenca solamente, ojos con tantas ansías de buscar que no se focalizan en nada, ojos que hasta cerrados me traspasan hasta lo más profundo.

Sí, tus ojos tienen luz. Porque, no sé si lo sabes, pero eres pura luz. Aunque corro el riesgo que siendo sólo luz me falte la tierra para pisar firme y andar con pasos decididos, el agua para ser el protagonista de "Océano Mar", el cielo para volar alto con los brazos abiertos sin miedo a caer y el fuego para derretirme dentro de tus entrañas. Aún así eres luz..., que no es poco.

4 de octubre de 2011

Sacando de paseo a mi mascota.


A veces se me sale el corazón de sitio. Entonces voy y juego con él un rato (me lo pongo encima de la nariz para que gire un poco), y, así, al menos se entretiene. Luego vuelve a su sitio, quietecito, como si nada...

3 de octubre de 2011

Uno, dos, tres... ¡Acción!


De verdad, ¿soy yo el único que se monta películas en la cabeza que luego se quedan en cortometrajes normalmente dirigidos por “Decepción Fernández De por Vida”?

El caso es que siempre resulta ganador del premio al mejor maquillaje del autoengaño o el de mejor guión de ciencia ficción sentimental. Por goleada, además.

Y no puedo evitar coger la cámara en ristre e inventar en mi cabeza escenas una detrás de otra e ir filmándolas hasta proyectarlas por el entramado de mi cerebro mientras como palomitas de ilusión con azúcar… Quedan tan asquerosamente bonitas.

¿Por qué todo tiene que tener un comienzo, un desarrollo y un final? ¿Por qué no puedo empezar por un final anunciado, crear un giro argumental que se convierta en un principio inesperado y que luego se vaya desarrollando poco a poco?

¿Somos los directores de nuestras propias películas o lo es la sociedad y lo que todo el mundo espera de cada uno?

Madre mía, este puto blog se va pareciendo cada vez más al de Carrie Bradshaw de "Sexo en Nueva York". Me da que voy a tener que escribir algo porno guarro pero ya... Ostiaputa.