30 de enero de 2012

Te digo, te cuento.


A veces me acerco poco a poco al asa de la taza de café y le cuento cosas, secretos, por el simple hecho de que parece una oreja dispuesta a escucharme.

21 de enero de 2012

¿Y para ésto empieza?


Si visualizo unos putos fideos chinos cociéndose creo que visualizo mi propia cabeza. Y para que sepan un poco mejor le hecho una pizca de incertidumbre que les hace tener un sabor agridulce para chuparse los dedos. Rica cocina del desasosiego. Alta cuisine para no dormir bien por las noches.

Y mientras le penetro me dice "Quiero que me folles así..., para siempre", y a mí se me baja, se resbala y sale despedida detrás del pensamiento de "Pero si sólo te conozco hace un mes y poco", que se cuela por debajo de la puerta y se avalanza por el balcón abajo.

Perdóname por querer ser una especie de doctor Frankestein sin título al que, como siempre, le saldrá mal el experimento.