Odio el sonido que hacen dos bocas al besarse lascivamente. Me causa repulsa y malestar. Y no, no me refiero a un besito, sino a esa gente que casi se aspira y se absorbe delante de los demás.
Ahora en mi casa resuenan ese tipo de ecos por todos los rincones, y no puedo soportarlo. Se me retuercen las entrañas.
Pienso esto y delante de mí una chica árabe con velo negro y jeans desgastados se limpia con un cleanex mientras me doy cuenta que la rumana que está a su lado tiene los ojos demasiado separados. Es la chica camaleón. La chica burka y la chica camaleón. Bien podrían ser protagonistas de una serie de dibujos animados.
Esta noche he soñado que no quería decir mi edad a una peluquera que me lo preguntaba, siendo que a mí eso nunca me ha importado. ¿Me estaré haciendo viejo?
Y todavía resuenan en mi cabeza ecos de la BSO de Eternal Summer que me incita a correr hacia atrás y buscar a Oliver para decirle todo lo que nos quedó por decirnos cuando teníamos 9 años... Aunque a esa edad no se dice nada en serio, sólo se vive en serio. Mucho más que ahora.
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