18 de febrero de 2011

Soplando errores.


Me gusta su voz, me la follaría durante horas. Sin embargo no la utiliza para decir lo que quiero escuchar. Y el caso es que, si lo pienso bien, sería un error que lo dijera, pero últimamente mi dieta consta de un suculento menú de errores al ajillo..., que ni lavándome los dientes luego se me va ese regusto asqueroso que dejan los errores en la boca.

Y sería genial hacerme pequeñito para insertarme en sus pulmones con un mini fuelle y, así, poder insuflar aire y hacer que suba por su aparato fonador y diga lo que, finalmente, quiero escuchar... Fiu, fiu... Te necesito... Fiu, fiu... Te echo de menos.

Pero no es posible... Es más, sería una mentira. Una mentira más grande que mi culo. Lo dejaré estar. Lo dejaré morir. Luego iré al congelador de los recuerdos y lo meteré allí. A ver si hago sitio.


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