2 de marzo de 2016

¿Sumisos? Los cojones.



De un tiempo a esta parte no paro de encontrarme con chicos "aparentemente normales" a los que les gusta que les llame "puta" y que les ahogue con mi polla hasta ponerle los ojos llorosos. Se presentan ante mí con sus bocas en forma de cueva y yo, mirándolos desde arriba, transformo mi rabo en ese el explorador que se dedica a excavar en ellos durante un rato inentando llegar hasta lo más profundo.

Sumisos..., pero se trata de una sumisión "light" que, obviamente, no deja de ser lo que es: gente que les excita recibir órdenes sexuales y obedecer ante todas las cosas. Lo más gracioso es que disfruto haciéndolo. Disfruto ordenándoles que me esperen en casa desnudos y a cuatro patas, con la boca bien abierta y dispuestos a mamar hasta sacarme toda la leche y desparramarla en sus caras de zorras. Disfruto mirándoles a la cara e intentando descifrar por qué les gusta todo aquello. Sin embargo,  me callo y no pregunto. Mi labor no es esa.

Hace poco dejé de tener contacto con uno de esos sumisos porque me di cuenta que no era él el sumiso, sino que lo era yo. ¿Qué pasa cuando te escriben día sí y día también exigiéndote que les des lo que ellos necesitan? Pues que pasas a ser el sumiso dominante que se ve supeditado a cumplir los deseos del otro, y por ahí sí que no paso. Porque ser sumiso no es sólo recibir polla, sino, también, el hecho de sentirte obligado a estar disponible siempre que el otro quiera, que es justo como me sentí. 

Quizá la clave esté en poner las reglas antes que ponerte el condón, porque en el sexo también hay reglas, pero, a veces, es todo tan rápido que se nos pasa por alto establecerlas."Oye, antes de acomodarte a cuatro patas con el ojete preparado prométeme que nunca me escribirás pidiéndome que vaya a tu casa", debería decir de primeras. Quizá lo haga, o quizá sea yo el sumiso que le da el culo a la vida para no encontrar a alguien que, verdaderamente, merezca la pena. Por miedo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

No, no. No dudes al final. Tienes razón. Hay gente que confunde la sumisión con otra cosa. No sé si está inventada la palabra, pero habría que hacerlo y así te ahorrarías el tener que poner reglas de antemano.
Este chico te podría haber dicho, por ejemplo: soy "sumiso-demandante"... Y luego ya, tú haces lo que quieras.

Versátiro.