-¿Con qué sueñas, Divine? -le pregunto a mi gato mientras hacemos la siesta.
-Con ratones de atún. Voy detrás de ellos, persiguiéndolos... ¡Ñam! -me contesta.
-Pero no está bien comerte tus propios sueños.
-Pues no lo hagas tú tampoco, papi.
-...
Pues
sí, a veces somos como Saturno devorando a sus hijos, pero en vez de
hijos devoramos sueños. De un bocado, sin ni siquiera saborearlos.
Aunque sepan a levedad o, por el contrario, nos empachen hasta el dolor
de barriga.
Mi
amiga MD tiene cáncer. Está embarazada y, putadas de la vida, puede
morir en el parto. Tener un hijo era lo que más ilusión le hacía en la
vida. Se va a casar en Octubre y dice que no se nos ocurra tirarle arroz
porque se le pueden colar los granos dentro de la peluca y luego cuesta
mucho sacarlos y se cagará en nuestro padre... Eso es tener dos
cojones, humor y ganas de desafiar a la vida.
Y
eso deberíamos hacer más a menudo, desafiarla y no conformarnos con lo
que nos pone de menú diario. A veces nuestra vida es de 7.5 euros, menú
anti crisis.
Y
despuésde haberme bajado de aquel bote me subo en otro, pero esta vez
más seguro de lo que hago. Un nuevo viaje del que ya me/os iré
contando... Un nuevo crucero con paradas obligatorias en los mismos sitios porque, al fin y al cabo, esto sigue siendo un puto bucle.
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