15 de diciembre de 2013

La virgen del desasosiego.



Últimamente me duele la cabeza bastante a menudo, sin embargo creo he descubierto la cura perfecta; me hago una paja y se me va absolutamente todo. Debe ser tensión acumulada que se cuela por la uretra y sale disparada, pero ni con Gelocatil ni nada, eh, una buena manola y mano de santo (nunca mejor dicho). Manolatil, que lo llamo yo. Os lo recomiendo.

Últimamente también me recorren hormigas por el cerebro. Noto cómo corretean haciéndome consquillas entre los recuerdos con sus pequeñas patas hitlerianas e, inmediatamente, siento como bajan haciendo un slalom por la espina dorsal hasta tomar la curva de la cresta ilíaca y derrapar en mi ombligo quedando sepultadas por un momento. A partir de ahí ya no sé hacia qué lado van. Se cuelan dentro de mí esparciendo recuerdos allá dónde van mientras dejan ese rastro naftalínico del pasado por todos los rincones de mi cuerpo, porque ellas saben perfectamente que los rincones son más difíciles de barrer que cualquier otra parte. Y lo saben..., vaya si lo saben. Y lo hacen..., vaya si lo hacen.

Últimamente se me va mucho la cabeza. A cualquier otra parte, como dirían Dorian.