22 de abril de 2014

Sabotaje



Sabotaje: oposición u obstrucción disimulada.

Hoy me he dado cuenta que me saboteo a mí mismo, como quien mete un gol en su propia portería o hiere de un balazo a un compañero de guerra.

Bajo la premisa de que ahora mismo no quiero nada serio con nadie me enfrento a "elegir mi propia aventura" con el feaciente pensamiento de que vestir un poco de levedad durante una etapa no es nada malo siempre que, obviamente, no se convierta en algo crónico. Yo creo que actúo en consecuencia, pero me doy cuenta de que no.

Decides quedar con alguien después de que los guionistas de la vida te manden a la página 39 y te encuentras con lo que, más o menos, esperas, es decir, un chico majo, educado, normal, guapete, correcto, con su trabajo y extrovertido pero, al poco tiempo (y como siempre), empiezas a coleccionar fallos tales como: odia los animales o le gusta la música comercial española tipo Alejandro Sanz o Amaral. Y, de repente te entra la bajona porque yo adoro los animales y detesto la música comercial española con la fuerza de mil ciclones... Argh.

Entonces te despides con la promesa de volver a veros (lo cual se hará realidad, estoy seguro) y mientras caminas piensas que por qué coño le das tanta importancia a esos fallos si, en realidad, no buscas algo con futuro porque ahora mismo no te apetece complicarte la vida. ¿Es eso sabotaje sentimental?, ¿es que en el fondo sí que busco complicarme la vida y no busco levedad sino el peso de una relación futurible y seria?, ¿qué más da si no quiere acariciar un perro si con que te acaricie las pelotas es suficiente? Pues está visto que no.

Y te das cuenta de que los jugadores no saben a qué portería apuntar..., se dedican a mirar al entrenador (que soy yo) desconcertados y en busca de instrucciones o de una jugada maestra que no existe.

¿A qué página tengo que ir ahora?

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