Esta es la historia de David.
David se levantaba todas las mañanas para ir a la estación de trenes dónde trabajaba chequeando los equipajes de los pasajeros con un escaner ultramoderno. Era curioso eso de ver todo lo que la gente llevaba en el interior de sus maletas..., era como escarbar en sus vidas y siempre se sorprendía de algo que llevaba quien menos se lo esperaba.
Un día David empezó a sentir algo sorprendente. Por alguna extraña razón había empezado a escanear a la gente y a verlas por dentro. Veía quien era egoísta, quien estaba realmente enamorado y quien no. Podía percatarse de las mascaras internas de la gente, los sentimientos que se escondían por sus intestinos y también las razones de por qué las personas actuaban como actuaban.
Una noche David apareció muerto en su habitación. Nunca nadie supo por qué lo hizo. No había ninguna razón para que David se suicidara de aquella manera. De verdad que no, pensaba todo el mundo.
Nunca nadie supo que al mirarse al espejo David se escaneó a sí mismo y tuvo miedo, mucho miedo de lo que vio allí mismo, dentro de él, frente al espejo de su cuarto de baño, con los ojos fijos en sus propias retinas. No lo pudo soportar. Por eso lo hizo.
Sí, es una mierda, pero hoy me siento un poco David.
David se levantaba todas las mañanas para ir a la estación de trenes dónde trabajaba chequeando los equipajes de los pasajeros con un escaner ultramoderno. Era curioso eso de ver todo lo que la gente llevaba en el interior de sus maletas..., era como escarbar en sus vidas y siempre se sorprendía de algo que llevaba quien menos se lo esperaba.
Un día David empezó a sentir algo sorprendente. Por alguna extraña razón había empezado a escanear a la gente y a verlas por dentro. Veía quien era egoísta, quien estaba realmente enamorado y quien no. Podía percatarse de las mascaras internas de la gente, los sentimientos que se escondían por sus intestinos y también las razones de por qué las personas actuaban como actuaban.
Una noche David apareció muerto en su habitación. Nunca nadie supo por qué lo hizo. No había ninguna razón para que David se suicidara de aquella manera. De verdad que no, pensaba todo el mundo.
Nunca nadie supo que al mirarse al espejo David se escaneó a sí mismo y tuvo miedo, mucho miedo de lo que vio allí mismo, dentro de él, frente al espejo de su cuarto de baño, con los ojos fijos en sus propias retinas. No lo pudo soportar. Por eso lo hizo.
Sí, es una mierda, pero hoy me siento un poco David.
6 comentarios:
Pom! Pom!
Se puede?
Buena foto, preciosa historia (siento el final triste), gran canción...
Ojalá esta semana que empieza tengo algo de fantástica para ti!
Claro, pasa :)
La historia es triste, sí. Es duro cuando te haces un escaner interno y no te gusta todo lo que ves. Pero más duro es cuando nunca te haces uno y no sabes lo que hay dentro.
Gran canción y gran cantante Sia. De las mejores.
Ojalá esta semana tenga algo de fantástica, sí. Muchas gracias.
Saludos!
Gracias. Me encanta abrir nuevas puertas.
En ese escáner habrás encontrado también algo bueno, no? Pues nada, te vas a un Workcenter, imprimes ese trocito de radiografía a 400% y te lo pones encima de la cama para verlo por las mañanas. Verás cómo todo empieza a ser un poco más fantástico...
Iba a decir lo que ya has adelantado, toshiaki, que aunque duela de momento, a la larga es mejor irse conociendo: estamos condenados a convivir con nosotros mismos toda una vida. Y mal andamos si no nos aceptamos mínimamente.
Pero no creo que sea más duro no pasar el "auto-escáner". En eso no estoy de acuerdo: es más fácil mirar para otro lado. ¿Cuántas veces volvemos la cabeza ante el espejo para no ver lo que no nos gusta?
En todo caso, como dice la semana fantástica, el escáner devuelve lo bueno y lo malo. Y no me creo que todo caiga en la segunda categoría. Igual es simplemente cuestión de valorarlo todo en su justa medida, y entonces es más fácil reconciliarse con uno mismo.
Linda foto, sí.
Y bueno, tiene sus ventajas ser un David de la vida, es bueno descubrirse las miserias como escondidas en el fondo del equipaje de la vida, pero también están las cosas bonitas, y eso, como dice La Semana Fantástica es lo que hay que hay que dejar a la vista. De lo demás ya nos iremos encargando, que la lavandería, que si el reciclaje, que si el triturador, que si el olvido, etc, etc, etc...
A veces es inevitable no sentirnos un poco David, pero todos tenemos bolas negras en algún hemisferio de nuestro interior.
Yo intento que el escáner del aeropuerto pite poco.
Un abrazo
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