4 de febrero de 2011

Componiendo en tu epidermis.


¿Has probado a tocarle la cara a alguien y acariciársela de la misma manera que tocarías una melodía en un piano? Los toques son aleatorios, pero las sensaciones no. Destapas el piano y destapas también la caja de lo olvidado. Sabes que la otra persona escucha la misma melodía que tú, o, al menos, eso esperas... Hay gente que tiene muy mal oído.

Y deslizas tus dedos tocando un do en su mejilla, buscas un fa para hacer música en su frente, pones un sol en su nariz para que haga equilibrios allí y escondes un re en la comisuras de sus labios para buscarlo más tarde... Intentas componer aquello que quieres escuchar y, en ese mismo instante, funciona. Realmente suena bien.

¿Melodía verdadera o playback del autoengaño?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pocas veces he escuchado música tocándole la cara a alguien.