17 de octubre de 2011

Nadando en tu luz.


Recuerdo que empecé a besar párpados cuando leí aquella frase en aquel libro que me marcó tanto; "Quién hubiera dicho que al besar los ojos de un hombre se pudiera ver tan lejos".

No sé si ellos se preguntan por qué me suelo acercar a sus ojos y poso mis labios ahí, suavemente. Quizá piensen que estoy loco, que tengo un fetiche ocular o algo así, pero simplemente lo hago para saber cuán lejos pueden llegar a ver.

Hay ojos que tienen tanta luz que me abrasan los labios, ojos que no ven más alla de sus propias narices, ojos que suelen mirar hacia Cuenca solamente, ojos con tantas ansías de buscar que no se focalizan en nada, ojos que hasta cerrados me traspasan hasta lo más profundo.

Sí, tus ojos tienen luz. Porque, no sé si lo sabes, pero eres pura luz. Aunque corro el riesgo que siendo sólo luz me falte la tierra para pisar firme y andar con pasos decididos, el agua para ser el protagonista de "Océano Mar", el cielo para volar alto con los brazos abiertos sin miedo a caer y el fuego para derretirme dentro de tus entrañas. Aún así eres luz..., que no es poco.

2 comentarios:

Oskar dijo...

Ojos que miran hacia Cuenca... sutil... ;)

Toshiaki dijo...

Pa variar... jajaja