Hay cosas que me cuestan trabajo contarlas hasta por aquí, así que mejor las dejo dentro de mí y que vayan creciendo como un kéfir dentro de un vaso de leche. Ese hongo interno de los secretos que va nutriéndose de ellos mismos y que te bebes todas las noches cuando te vas a dormir. Chupitos de autoengaño endulzados para no tener pesadillas.
Contarlo todo, desnudarte y echar para atrás el prepucio. Creo que todavía no. Me la guardo de nuevo.
2 comentarios:
¿Tanto crees que nos escandalizarían tus secretos?
Vista la salvaje elegancia de tus escritos, lo dudo mucho.
Bueno, yo esperaré por si te animas.
Un saludo.
PD. Estoy leyendo tu blog desde el principio. Poco a poco y saboreándolo. Cuando lo termine te lo haré saber, y de paso te devolveré todos los jirones de Toshiaki que me voy encontrando en el camino. ;)
La verdad que no, no escandalizarían, pero noto cierta resistencia a contarlos... Se me pasará. Total, si ya lo he contado casi todo :)
Muchas gracias por leerme desde el principio, saboreando la salvaje elegancia (me ha encantado ese descripción de mis textos), y es verdad que hay que leerlo poco a poco, si no satura! De verdad, gracias de nuevo D.I!!! ;)
Un saludo y hasta cuando tú quieras!
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